Hoy 15 de Mayo del 2011, 48 años después de la desaparición de Javier Heraud, la nostalgia invade el espacio desde donde escribo este blog destinado para informar sobre la historia, la cultura, la vida cotidiana de nuestros paisanos camporredondinos y de otros pueblos de la margen derecha del rio marañon y recuerdo también con tristeza y añoranzas el pasado, recuerdo el nombre de mi promoción del Colegio Túpac Amaru de Collonce 1987 - "Javier Heraud Perez". Esas épocas cuando empezamos los estudiantes secundarios a solidarizarnos con las luchas del magisterio de mi pueblo y juntamente con un joven de ideas progresistas, por primera vez oficialmente los estudiantes no asistimos a clases y nos pronunciamos a favor de la lucha magisterial. Ese joven acaba de fallecer hace tres días, el 11 de Mayo del 2011. Él propuso el nombre de nuestra promoción, ese joven es CARLOS VASQUEZ TAN, hermano de nuestro paisano y actual Alcalde Provicial de Luya - Amazonas: Prof. Grimaldo Vasquez Tan.
Estas líneas en la cual presento la última correspondencia relacionada con la muerte de Javier Heraud, lo dedico a mi amigo Carlos Vásquez Tan, que murió creo con la ilusión de un mundo mejor, más justo, más humano.
Nov 62. La Habana. Cuba.
Querida madre:
No sé cuándo podrás leer esta carta. Si la lees quiere decir que algo ha sucedido en la sierra y que ya no podré saludarte y abrazarte como siempre. ¡si supieras cuánto te amo!, ¡si supieras que ahora que me dispongo a salir de Cuba para entrar en mi patria y abrir un frente guerrillero pienso más que nunca en ti, en mi padre, en mis hermano tan queridos!
Voy a la guerra por la alegría, por mi patria, por el amor que te tengo, por todo en fin. No me guardes rencor si algo me pasa. Yo hubiese querido vivir para agradecerte lo que has hecho por mí, pero no podría vivir sin servir a mi pueblo y a mi patria. Eso tú bien lo sabes, y tu me criaste honrado y justo, amante de la verdad, de la justicia.
Querida madre:
No sé cuándo podrás leer esta carta. Si la lees quiere decir que algo ha sucedido en la sierra y que ya no podré saludarte y abrazarte como siempre. ¡si supieras cuánto te amo!, ¡si supieras que ahora que me dispongo a salir de Cuba para entrar en mi patria y abrir un frente guerrillero pienso más que nunca en ti, en mi padre, en mis hermano tan queridos!
Voy a la guerra por la alegría, por mi patria, por el amor que te tengo, por todo en fin. No me guardes rencor si algo me pasa. Yo hubiese querido vivir para agradecerte lo que has hecho por mí, pero no podría vivir sin servir a mi pueblo y a mi patria. Eso tú bien lo sabes, y tu me criaste honrado y justo, amante de la verdad, de la justicia.
Porque sé que mi patria cambiará, sé que tú también te hallarás dichosa y feliz, en compañía de mi padre amado y de mis hermanos. Y que mi vacío se llenará pronto con la alegría y la esperanza de la patria.
Te besa
Tu hijo
Javier
CARTA DEL PADRE AL ASESINATO DEL POETA
Tu hijo
Javier
CARTA DEL PADRE AL ASESINATO DEL POETA
Lima, 23 de Mayo de 1963
Sr. D. Pedro Beltrán
Director de "La Prensa"
Ciudad
Muy distinguido señor:
Le agradecería tuviera a bien disponer se publicara la declaración que formulo con referencia a los sucesos ocurridos en Puerto Maldonado en donde perdiera la vida mi hijo el poeta Javier Heraud Pérez.
El sacrificio de mi hijo Javier ha sumido a mi familia en el más profundo desconsuelo, tanto por la forma como ha desaparecido como por la pérdida de una promesa para la cultura y el pensamiento de mi patria.
Nosotros sabíamos que nuestro hijo Javier estaba hondamente preocupado porque aspiraba a tener una vida útil y creadora. Lo prueba sus libros de poemas, pero nunca supimos que él pensara, al irse a Cuba, en otra cosa que estudiar cinematografía. Por eso las noticias de Puerto Maldonado nos fulminaron, y yo fui al lugar de los hechos porque me resistía a creerlos. Allí tuve la trágica certidumbre de la muerte de Javier. Pero mi pena, con ser insondable, se ha agrandado más aún al saber que mi hijo, que había ido allá urgido por un ideal, arrostrando los más graves peligros con el. más absoluto desinterés, había sido víctima de una cacería inhumana. Cuando, inerme en una canoa de tronco de árbol, desnudo y sin armas en medio del río Madre de Dios, a la deriva, sin remos, mi hijo pudo ser detenido sin necesidad de disparos, más aún por cuanto, su compañero, había enarbolado un trapo blanco. No obstante eso, la policía y los civiles a quienes se azuzó les disparaban sobre seguro, desde lo alto del río, durante hora y media, inclusive con balas de cacería de fieras.
Cuando el compañero de mi hijo gritó: "no disparen más", estando ya cerca de la ribera desde donde les disparaban, y según versiones orales que he recogido en la población un capitán gritó: "fuego, hay que rematarlos". Un teniente, más humano y más respetuoso de las leyes de la guerra que prohiben disparar contra el enemigo ya inerme y herido, contuvo el fuego, pero ya era tarde . Una bala explosiva había abierto un boquete enorme a la altura del estómago de mi infortunado hijo y muchas balas más se habían abatido sobre el cadáver de mi hijo, que con sus 21 años y sus ilusiones, había tratado de hacer una incitación para que cesen los males que, según él, debían desterrarse de nuestra patria
Las leyes de Guerra prohiben el empleo de balas explosivas. Ya se ha desterrado definitivamente de las prácticas el ensañamiento con el vencido. Y las leyes humanas y sociales impiden soliviantar a los civiles para abrumar al vencido. El Perú, que siempre en la guerra fue tan generoso como Grau con sus adversarios, habrá de mirar con unánime repulsa estos graves hechos y es de desear, para que no se abra un sombrío e impune antecedente de crueldad que podría no cerrarse nunca, se haga cumplir sanción y justicia al desatado furor fratricida que ha tenido como escenario un claro río de nuestras montañas y como víctima a un mártir adolescente traspasado de ideales generosos.
Para nuestra familia, sin distingos, nuestro Javier es el símbolo de la pureza y del sacrificio.
De Ud. Muy atentamente.
JORGE A. HERAUD CRICET
Para nuestra familia, sin distingos, nuestro Javier es el símbolo de la pureza y del sacrificio.
De Ud. Muy atentamente.
JORGE A. HERAUD CRICET
MENSAJE DE PABLO NERUDA
Julio de 1963
Universidad de Chile
ISLA NEGRA, Juliio de 1963
He leído con gran emoción las palabras de Alejandro Romualdo sobre Javier Heraud. También el valeroso examen de Washigton Delgado, las protestas de Cesar Calvo, de Reinaldo Naranjo, de Arturo Corcuera, de Gustavo Valcárcel. También leí la desgarradora relación de Jorge A. Heraud, padre del poeta Javier.
Me doy cuenta de que una gran herida ha quedado abierta en el corazón del Perú y que la poesía y la sangre del joven caído siguen resplandecientes, inolvidables.
Morir a los veinte años acribillado a balazos “desnudo y sin armas en medio del río Madre de Dios, cuando iba a la deriva, sin remos...” el joven poeta muerto allí, aplastado allí en aquellas soledades por las fuerzas oscuras. uestra América oscura, uestra edad oscura.
No tuve la dicha de conocerlo. Por cuando ustedes lo cuentan, lo lloran, lo recuerdan, su corta vida fue un deslumbrante relámpago de energía y de alegría.
Honor a su memoria luminosa. Guardaremos su nombre bien escrito. Bien grabado en lo más alto y en los más profundo para que siga resplandeciendo. Todos lo verán, todos lo amarán mañana, en la hora de la luz.
Pablo Neruda
CARTA DE NICOLAS GUILLEN
19 de Julio de 1963
UNION DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE CUBA
Habana, 19 de Julio de 1963
Año de la Organización
Sr. Gustavo Valcarcel,
Lima, Perú
Querido Gustavo:
Te escribo para expresarte nuestra, viva pena por la muerte de Heraud, su holocausto a la revolución peruana.
Aunque él estuvo en Cuba, no tuve 1a suegra de conocerlo entonces, porque no coincidimos aquí. pero quienes lo trataron - jóvenes cubanos que hoy lo lloran- lo quisieron como hermano, pues fraternal era su corazón tanto como lúcida su inteligencia. Dicen que él prometió volver y sus compañeros lo esperaban. Prefirió quedarse e inscribir su nombre junto a los mártires de la liberación de su pueblo, que nada podrá detener. Sangre pura y generosa la suya, sangre que va a crecer cada día y terminará ahogando a quienes la derramaron. Siempre ha sido así siempre ha de ser así.
En mi nombre y en el de nuestra querida Unión, donde la muerte de Heraud ha sido conmovedora. te envío nuestros sentimientos solidarios con el dolor, que a ustedes aflige, que es también nuestro, tú lo supones, tú lo sabes. Los asesinos da este muchacho puro - no quienes lo mataron con sus manos irresponsables - sino los otros, los que mandaron que lo mataran, están mucho más muertos que él, o no, son en realidad los únicos que han muerto.
Por ahora nada más, sino nuestro cariñoso recuerdo y un abrazo fuerte y largo.
Te quiere
Nicolás Guillén.
En el siguiente enlace pueden encontrar fotografías de Javier Heraud en diferentes situaciones:
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